Cuando dejé de beber leche hace algunos años toda mi vida cambió. Mi cuerpo
empezó a vibrar en salud y mi mente se llenó de creatividad y alegría. Darme
cuenta que jamás antes estuve consciente de lo que realmente metía a mi boca,
su origen y sus efectos, generó el despertar más potente que he vivido. Algo
tan básico e influyente como el alimento. Lo ignoraba por completo.
Hoy comprendo tan fácilmente que
la leche de vaca existe para nutrir al ternero. Así como la leche humana de la
madre, nutre al bebé. La naturaleza es sabia. Pasar a llevar sus leyes es
echarlo a perder. Y entonces vienen los problemas y la enfermedad. *Intolerancia a la lactosa, mucosidad,
alergias, dificultades digestivas, adicción,
acidificación, debilidad ósea, desequilibrios hormonales, diabetes juvenil, cáncer, daño a la piel, a
sistemas inmune, respiratorio, digestivo, neurológico. Grasas saturadas, hormonas,
antibióticos, pesticidas, pus. Crueldad
y dolor de seres indefensos.* ¿Para qué? No
tiene sentido.
El discurso del calcio y los 9 minerales esenciales que supuestamente necesitamos obtener a través del consumo de lácteos, es un engaño. Millonarias cifras son destinadas cada año a propagandear uno de los fraudes más graves de la industria alimenticia-médica-farmacológica: deportistas, actores, músicos, modelos, gente influyente para las mayorías, promocionando el consumo de lácteos, como generador de salud, energía y belleza. Como alimento "natural", básico para el ser humano (ya quiero ver cuántas personas consideran igual de natural ponerse bajo una vaca y ser amamantado!!!).